domingo, 4 de enero de 2015

5 lecciones que debemos aprender de los perros para nuestra vida

La vida encierra grandes misterios, ya que cada persona la vive de diferente forma y esto es como si por cada ser humano que existe se escribiera un libro lleno de grandes historias, vivencias, experiencias, con efectos de drama, suspenso, etc. Pero muchas veces vivimos tan deprisa que no tenemos el tiempo de dar importancia a lo que se merece: disfrutar con tranquilidad un amanecer o atardecer, de maravillarnos con la naturaleza, de respirar profundamente el aire y sentir cómo acaricia nuestro rostro, estos sencillos, pero a la vez, grandes momentos nunca debes de perder la oportunidad de vivirlos.

Pregúntale a cualquier persona que tenga un perro como mascota y te dirá lo mismo: tener un perro es algo hermoso y vale la pena. Es invitar a un amigo incondicional a vivir contigo y disfrutar de su compañía y su sabiduría, sí, aunque estemos hablando de un animal, y aunque a veces ese animal tiene comportamientos salvajes y que requieren educación, somos nosotros los que tenemos todavía mucho que aprender. 


lecciones-perros

1. Las acciones dicen más que mil palabras.

Por desgracia los perros no pueden hablar, pero no significa que no puedan comunicarse. Una cola sacudiéndose o una mirada profunda en tus ojos te dirán todo lo que necesitas saber. Si la comunicación sutil no es tu fuerte, ellos encontrarán una manera más expresiva para hacer llegar su punto (o sea, harán alguna travesura para atraer tu atención). ¿Te has sentido triste y deprimido? Tu perro no necesita hacer más que acercarse y acurrucarse en tus piernas para hacerte sentir bien. ¿Acaso necesitas de algo más?

2. Sigue tus instintos.

Si te sientes nervioso, entusiasmado, o algo te aterra, sé valiente, déjalo salir, actúa rápido y concentrado. Igual que tu perro hace. Las personas se inclinan por suprimir sus instintos por usar el raciocinio, pero los perros no se preocupan por eso. El entusiasmo por vivir la vida al máximo es algo que hemos perdido paulatinamente. Tu perro nunca se ha dejado llevar por las trivialidades de su existencia, ¿por qué nosotros sí?, ¿qué ganamos con ello?

3. Nunca te subestimes.

Contrario a nosotros los humanos, los perros no temen a la vergüenza de fallar una y otra vez. Tienen una confianza ciega en sí mismos y esta seguridad, aunque a veces parece arrogante y equivocada, es lo que ha mantenido a nuestros amigos caninos persiguiendo gatos, ardillas, palos y pelotas sin cesar, lamiendo platos con comida, haciendo travesuras, persiguiendo sus sueños sin agotarse.
happy-dog

4. El secreto está en los pequeños detalles.

Nosotros los humanos solemos complicar las cosas más simples, los perros, por el contrario, son todo lo contrario. Son esas pequeñas cosas que ellos admiran lo que los hace tan encantadores, ¿dormir hasta tarde, salir de paseo, admirar el pasaje, hacer ejercicio, comer saludablemente, querer y proteger a mi familia? ¡Adelante! La vida no puede ser mejor.

5. Ama incondicionalmente.

Los humanos solemos tener sentimientos de odio por cosas tan mínimas. Podemos aprender a los perros, que a pesar de que un día nos hayamos olvidado de sacarlo a pasear, o nos sintamos cansados para hacerlo, ellos seguirán amándonos con la misma intensidad que cuando los vimos después de un largo viaje.


Haces cosas que disfrutas y te apasionan. Has encontrado el tiempo para hacer todas esas cosas que te apasionan y disfrutas al máximo cuando las practicas.
 
Has aprendido a valorar los errores. Tus errores ahora son oportunidades de aprendizaje, mejora y nuevos retos a lograr.
 
 No te afecta lo que digan de ti. Los comentarios de los demás no te afectan en lo más mínimo, porque tú sabes quién eres y lo que vales y nadie puede intimidarte con algún mal comentario.
No te da miedo pedir ayuda. Has aprendido que dos cabezas piensan mejor que una, y te has olvidado que tú todo lo puedes y que si no está hecho por ti no está bien hecho. Valoras los talentos de otros y los complementas con los tuyos.
   Has alejado de ti cosas y personas que no te hacían bien. Las cosas y personas que antes te lastimaban las has olvidado en un rincón y has abierto las puertas para que cosas nuevas y buenas personas lleguen a tu vida.
 
Has cumplido metas que te planteaste. De las metas que te has propuesto, has logrado la mayoría, te hace sentir bien y con ganas de ir por una más.
 
Te alegra y compartes el éxito de otros. Has aprendido que envidiar a los demás genera sentimientos negativos y ahora compartes sus logros y esto te invita a ayudar, a ser mejor persona y a aprender de todos aquellos que son ejemplos a seguir.
 
Si te has identificado con más de alguno de los puntos anteriores, podemos decir que vas por buen rumbo y que debes seguir trabajando ya que hay cosas que son difíciles de lograr, pero nunca imposibles, la fuerza interior y nuestra mente son motores indispensables para vivir plenamente, y si en la vida hay algo que nunca podremos cambiar, es mejor aprender a vivirla de manera que no te afecte. Vida sólo es una y hay que disfrutarla siempre con una sonrisa y con los brazos abiertos para poder recibir todo lo que tiene para darnos.